Su nombre es Maugoth Fearless, en su juventud fue un guerrero de su tribu, el orgulloso orco originario de “La Marca Argenta” convertido en el entrenador de novatos de la arena en la ciudad de Sasserine. La sociedad de esta ciudad no podía sorprenderlo conocía la calaña que se denominaba “la nobleza” y reía por dentro cada que uno de ellos se vanagloriaba de su fortuna ó modales, piratas y bandidos es lo que son.
Era una mañana calurosa, la brisa de la bahía resultaba muy incomoda, cuando el administrador Jack apareció frente a su celda con muy mal humor.
-Fearless será mejor que te pongas de pie, no creo que te guste lo que tengo que mostrarte.
El humano, mas bajo que el, sudaba de tal modo que pareciese estar a punto de desfallecer.
-Dime Jack, ¿qué me puede enseñar esta asquerosa ciudad que me pueda sorprender, bajo la supuesta fachada de opulencia?… -añadió con malicia en un murmullo- …esta es su asquerosa naturaleza.
El orco se acercó a la puerta de la celda mostrando sus colmillos en una mueca burlona mientras bajaba los hombros en señal de falsa inocencia.
-Creedme viejo esto esta más allá de cualquier aberración que hayas visto antes.- El humano giró la llave con precipitación y abrió la puerta de golpe, mientras giraba sobre sus talones y comenzó a correr por el pasillo camino a las almenas, desde donde se podía admirar la arena.
Maugoth corrió tras él, mientras escuchaba el griterío de la gentuza que asistía a coliseo, podía sentir la maldad del pueblo, su sed insaciable de sangre inocente de preferencia. Pero nada comparado con lo que estaba apunto de ver.
-Maldición humano que mierda sucede, pareciera que estuvieran linchando a piratas- Añadió con malicia mientras trepaba la escalerilla de la almena.
Diez años en el coliseo, otros tantos como saqueador y guerrero, estaba acostumbrado a la crueldad del mundo pero no estaba preparado para algo así. Hasta los orcos tienen un distorsionado sentido del honor, pero esto salía de cualquier parámetro.
La adrenalina fluía por todo el coliseo tan fuerte que sofocaba la razón, las gradas estaban a reventar, en los palcos las personas se encontraban de pie lanzado gritos de júbilo, las damas estaban también de pie con los ojos muy abiertos derramando lagrimas. En el centro de la arena, la cual estaba cubierta de sangre y restos de cuerpos, se encontraba el objeto de las pasiones desbocadas de los asistentes.
-Esto… -sus labios temblaron mientras sus puños se crispaban - …esto sobrepasa… cualquier cosa que haya visto antes. Se sujeto de los barrotes de la almena con gran impotencia.
-Una familia de nobles creo que de apellido Kellani ha organizado este macabro espectáculo… hay rumores de que la rubia es una bastarda de su familia. Dijo él humano.
En el centro de la arena, seis cachorros de distintas razas vestidos con armaduras viejas de adultos se apiñaban unos contra otros temerosos de las criaturas que los rodeaban.
Una pareja de elfos, niño y niña armados con arcos cortos y un carcaj con apenas seis flechas, un cuchillo a la cintura eran los más tranquilos quizá solo era su orgullo el que los mantenía firmes apuntando a sus enemigos. El cachorrillo gnoll se escondía detrás del cachorro orco, ambos se encontraba armados con un buckler de madera y una espada corta, que para su edad, parecía que portaban un escudo pesado y una espada larga.
-Una “puracasta” (Yuan-ti) ella tiene más posibilidades administrador. Yo apostaría por ella, y si sobrevive la entrenare como es debido.
-¡Qué Tymora los proteja!, ¿cómo puedes escupir tal bajeza?…
Sin dejar de mirar por la almena Maugoth, golpeaba al administrador en la mandíbula.
-¿Por que la sangre de esos pequeños no está en mi hacha, ni sus muertes en mi brazo? Ahora calla y observa, la masacre está por iniciar. –Ayudaba a levantarse al administrador mientras dirigía una mirada al grupo.
En ese instante, ante él descubrió a la pequeña sobre la que todos rumoraban, sentada en cuclillas sobre el suelo tenía una espada larga sobre su regazo y un casco enorme estaba tirado a un costado de ella
Era una niña de apenas seis años de edad con cabellos rubios trenzados y ojos azules muy brillantes. Su mirada presentaba la furia contenida de un rayo, su rostro era inocente pero esos ojos desorientarían a cualquiera.
La pequeña solo estaba sentada jugando con la arena del suelo terregoso sin mirar a las puertas, de donde saldrían sus verdugos……..
Era una mañana calurosa, la brisa de la bahía resultaba muy incomoda, cuando el administrador Jack apareció frente a su celda con muy mal humor.
-Fearless será mejor que te pongas de pie, no creo que te guste lo que tengo que mostrarte.
El humano, mas bajo que el, sudaba de tal modo que pareciese estar a punto de desfallecer.
-Dime Jack, ¿qué me puede enseñar esta asquerosa ciudad que me pueda sorprender, bajo la supuesta fachada de opulencia?… -añadió con malicia en un murmullo- …esta es su asquerosa naturaleza.
El orco se acercó a la puerta de la celda mostrando sus colmillos en una mueca burlona mientras bajaba los hombros en señal de falsa inocencia.
-Creedme viejo esto esta más allá de cualquier aberración que hayas visto antes.- El humano giró la llave con precipitación y abrió la puerta de golpe, mientras giraba sobre sus talones y comenzó a correr por el pasillo camino a las almenas, desde donde se podía admirar la arena.
Maugoth corrió tras él, mientras escuchaba el griterío de la gentuza que asistía a coliseo, podía sentir la maldad del pueblo, su sed insaciable de sangre inocente de preferencia. Pero nada comparado con lo que estaba apunto de ver.
-Maldición humano que mierda sucede, pareciera que estuvieran linchando a piratas- Añadió con malicia mientras trepaba la escalerilla de la almena.
Diez años en el coliseo, otros tantos como saqueador y guerrero, estaba acostumbrado a la crueldad del mundo pero no estaba preparado para algo así. Hasta los orcos tienen un distorsionado sentido del honor, pero esto salía de cualquier parámetro.
La adrenalina fluía por todo el coliseo tan fuerte que sofocaba la razón, las gradas estaban a reventar, en los palcos las personas se encontraban de pie lanzado gritos de júbilo, las damas estaban también de pie con los ojos muy abiertos derramando lagrimas. En el centro de la arena, la cual estaba cubierta de sangre y restos de cuerpos, se encontraba el objeto de las pasiones desbocadas de los asistentes.
-Esto… -sus labios temblaron mientras sus puños se crispaban - …esto sobrepasa… cualquier cosa que haya visto antes. Se sujeto de los barrotes de la almena con gran impotencia.
-Una familia de nobles creo que de apellido Kellani ha organizado este macabro espectáculo… hay rumores de que la rubia es una bastarda de su familia. Dijo él humano.
En el centro de la arena, seis cachorros de distintas razas vestidos con armaduras viejas de adultos se apiñaban unos contra otros temerosos de las criaturas que los rodeaban.
Una pareja de elfos, niño y niña armados con arcos cortos y un carcaj con apenas seis flechas, un cuchillo a la cintura eran los más tranquilos quizá solo era su orgullo el que los mantenía firmes apuntando a sus enemigos. El cachorrillo gnoll se escondía detrás del cachorro orco, ambos se encontraba armados con un buckler de madera y una espada corta, que para su edad, parecía que portaban un escudo pesado y una espada larga.
-Una “puracasta” (Yuan-ti) ella tiene más posibilidades administrador. Yo apostaría por ella, y si sobrevive la entrenare como es debido.
-¡Qué Tymora los proteja!, ¿cómo puedes escupir tal bajeza?…
Sin dejar de mirar por la almena Maugoth, golpeaba al administrador en la mandíbula.
-¿Por que la sangre de esos pequeños no está en mi hacha, ni sus muertes en mi brazo? Ahora calla y observa, la masacre está por iniciar. –Ayudaba a levantarse al administrador mientras dirigía una mirada al grupo.
En ese instante, ante él descubrió a la pequeña sobre la que todos rumoraban, sentada en cuclillas sobre el suelo tenía una espada larga sobre su regazo y un casco enorme estaba tirado a un costado de ella
Era una niña de apenas seis años de edad con cabellos rubios trenzados y ojos azules muy brillantes. Su mirada presentaba la furia contenida de un rayo, su rostro era inocente pero esos ojos desorientarían a cualquiera.
La pequeña solo estaba sentada jugando con la arena del suelo terregoso sin mirar a las puertas, de donde saldrían sus verdugos……..
3 comentarios:
¡¡¿¿Queee??!! ¡¿Que pedo?! No manches, no lo cortes ahi... aah, bueno igual no puedo hacer nada mas...sacalos más pronto, chihuahua.
Opino lo mismo señor! digo aunque me suena a algo predecible uno no puede quedarse tan tranquilo.
Por otro lado ese orco realmente me parecio interesante seria bueno saber mas de el veamos que similitud hay con algunos que rondan en mis aventuras, como el legendario y gerenio Brotok. Que espero conoxcan un dia.
muerte muerte es la hora de la muerte, inche bobby corta aviones. ... .. por lo dejas alli .. . ? ? ?? ??
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