El cielo brillaba azul era muy claro, el viento frió calaba en su huesos, el sol tardaba cada ves mas en salir pero no era tan malo el día era hermoso.
El silencio del bosque se vio interrumpido por el sonido de una carreta y una conversación alegre. Las nubes empezaron a cerrarse la primer nevada era evidente, el viento soplaba fuerte los animales ya no hacían ningún ruido.
Entonces todo estallo la vio antes del grito de advertencia un hacha aparecía en el cielo, su hoja pesada hacia girar su mango bellamente labrado.
- Cuidado…- la carreta se detuvo, al igual su aliento.
En un rápido movimiento, rodó en el suelo a un lado; el movimiento fue justo, pues de inmediato escucho el duro golpe del hacha donde antes estuviera su cuerpo. Se incorporo tan rápido como pudo, solo para recibir la patada de un enano.
- Sigues pensando mucho chico, en lugar de actuar.
El enano no pudo decir mas pues un roca se estrello en su cara, al tiempo que una chica de cabellos rubios se arrodillaba junto a Víctor.
- Por favor déjenlo en paz, no ve que esta herido.
El desorientado Víctor no la distinguió al inicio por su dorada cabellera. El creyó que era su prima, pero cuando esta lo abraso para protegerlo con su cuerpo, noto que era delgada y no tenía la voluptuosidad de ella. Levanto la mirada y no podía creer tanta belleza en una mujercilla de quizás catorce años.
Un fuerte tirón de su cabello lo hizo regresar a la realidad y darse cuenta de que no era un ataque sino una prueba.
-Levanté y actúa como el hombre que eres Víctor ya no eres el chiquillo que salvamos.
Una delgada mujer de músculos firmes, piel marfileña con algunas pecas rojizas, una melena roja como el rubí ojos grandes y expresivos con unos labios delgados por la expresión de reprobación. Portaba una armadura de cuero tachonado unido por varios cintillos y un relieve plateado al final de un exponencial escote de una deidad guerrera.
Era Jesse Escarlet la extravagante recolectora de objetos perdidos para la iglesia de Torm. Lo miraba fijamente con un gesto de reprobación, estaba a punto de soltar una letanía de reproches cuando; se escucho un gruñido, mientras un hacha apareció lenta y pesada permitiéndoles separarse un paso atrás seguido de una fugas de cabellera dorada. Los dos fueron sorprendidos por la osadía de la jovencita que intento un ataque con la pesada arma estuvo mas cerca de acabar con su protegido, emprendió mucha fuerza pero poca precisión, que al final se la llevo en vilo.
- Me agrada esa chica pero intentaría con un arma distinta.
Los pesados pasos de una fuerte armadura rompieron la conmoción, el fornido guerrero se inclino tendiendo una mano a la chica.
- Tranquila no lo están atacando, solo es el saludo de viejos amigos…
Ella levantó su rostro contrariado y acepto la ayuda después de la duda inicial.
-… valla que eres bella para ser una jovencita. Pero muy imprudente pudiste resultar herida.
Un chillido a rebano el aire y una anciana llego hasta ellos chillando y regañando al mismo tiempo, como si ello fuera posible.
-Crista mi niña, como se te ocurre salir corriendo y enfrentarte a estas…
Sus ojos se crisparon al ver a Jesse Escarlet con su prominente escote y de hay Joshua con su porte elegante propio de un caballero.
-… individuos, debes tener cuidado.
Las últimas palabras apenas fueron audibles, como un coyote asustadizo cubrió a la chica con su pequeño cuerpo, pero un gran temor en sus ojos la delataba. Crista se separo de ella sacando una pañoleta con que inicio a limpiaba los cortes en las manos de Víctor.
- Estas sangrando mucho hay que atender tus heridas.
Alzo su rostro, un mechón resplandeciente cruzo sus ojos y por fin sus miradas se cruzaron. El mundo se detuvo pudo distinguir un copo de nieve suspendido entre ellos, su corazón se estrujo y por un segundo murió en esos cristales índigos que eran sus pupilas.
La amaba y la amara siempre su reliquia perdida.
Aclaro que el dibujo no es mio y me comprometo a substituir lo en poco tiempo.
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